Los escritores Nuyorican
La tercera etapa de la literatura puertorriqueña entre los emigrantes, es la nuyorican; ésta surgió sin referencia directa de la literatura de las dos etapas anteriores. Sin embargo, a pesar de esta aparente desconexión, la expresión creativa nuyorican enlaza efectivamente la “pionera” literatura testimonial y el tratamiento ficcional imaginativo de los escritores del 50 y del 60. Esta combinación de estilos autobiográficos e imaginativos para describir la comunidad quizás se percibe mejor en la prosa-ficción de Down These Mean Streets (1967), de Piri Thomas. Nilda (1973), de Nicholasa Mohr y Family Installments (1983), de Edward Rivera están más cercanos a la novela testimonial que a cualquier otro género dentro de “la visión de una isla”.
Este sentido de culminación y de síntesis de las etapas anteriores es indicativo de que con la obra de los escritores nuyorican, la comunidad puertorriqueña en Estados Unidos ha logrado una forma de expresión literaria propia. La característica más obvia de esta nueva literatura es su lenguaje: el cambio del español al inglés y la escritura bilingüe. En un sentido cultural amplio, este cambio de lenguaje no debe entenderse como una señal de asimilación. Según indica el contenido de la literatura, el uso del inglés describe la realidad de que “estamos aquí” y no necesariamente que a uno le complazca ese hecho o que haya un sentido de pertenencia.
En la actualidad, el periodo nuyorican de la literatura puertorriqueña va camino a desarrollar su propia historia. El temor sensacionalista del primer arranque ha dado paso a una preocupación mayor por el trajín cotidiano del pueblo trabajador. La creciente diversidad de temas y la sofisticación del movimiento se evidencia con el surgimiento de mujeres escritoras y perspectivas femeninas en obras tales como Yerba Buena (1980) y Bluestown Mockingbird Mambo (1990) de Sandra María Esteves y Rituals of Surviva1 (1985) de Nicholasa Mohr, y con la aparición de escritores en otros lugares de Estados Unidos.
El uso de un campo literario bilingüe también tiene importancia clave, porque en la literatura, igual que en la comunidad, el cambio de español a inglés no se da en forma completa o natural, como tampoco representa una manifestación de acomodo cultural. Para todos los escritores jóvenes el español sigue siendo una lengua-cultura- raíz, aunque no se use, y algunos, como Tato Laviera, demuestran en sus escritos un completo dominio de ambos idiomas. Sigue existiendo, además, una literatura en español realizada por los puertorriqueños que viven en EE.UU, algunos de los cuales alternan sus preocupaciones y estilos nuyorican con los de la literatura contemporánea en la Isla. Escritores como Iván Silén y Víctor Fragoso igual que Jaime Carrero y Guillermo Cotto-Thorner han sido puentes importantes entre los dos polos del lenguaje de la escritura puertorriqueña actual.
De ese modo, antes que abandonar uno de los idiomas en favor de otro, la literatura puertorriqueña en Estados Unidos exhibe en la actualidad toda la gama del uso bilingüe e inter-lingüe. Según ocurre con la literatura mexicoamericana y otras literaturas de minorías, no pueden ser entendidas ni valoradas a base de una visión estricta de lo que es literatura “estadounidense”. Las mejores muestras de literatura nuyorican requieren conocimiento de español y de inglés, pero no por eso dejan de formar parte de la literatura estadounidense o puertorriqueña. Y la selección e inclusividad de un lenguaje literario es solo un aspecto de un proceso más amplio de interacción cultural entre los puertorriqueños y las demás nacionalidades con las que ellos interactúan en Estados Unidos.
En su etapa nuyorican, la literatura puertorriqueña en Estados Unidos comparte las características de literatura de “minoría” no canónica. Igual que éstas, es una literatura de rescate y de afirmación colectiva; es decir, de interacción e intercambio, de “mezclar y compartir”, con las culturas vecinas y complementarias. Después de todo, ¿qué fuente puede ser más poderosa para el surgimiento de una literatura nuyorican que la literatura afroamericana y la cultura política? Y, ¿qué contexto puede ser más comparable que la expresión literaria chicana del mismo periodo?
Referencia
No hay comentarios:
Publicar un comentario