5 mar 2013

Tercera etapa

Los escritores Nuyorican


     La tercera etapa de la literatura puertorriqueña entre los emigrantes, es la nuyorican; ésta surgió sin referencia directa de la literatura de las dos etapas anteriores. Sin embargo, a pesar de esta aparente desco­nexión, la expresión creativa nuyorican enlaza efectivamente la “pionera” literatura testimonial y el tratamiento ficcional imaginativo de los escri­tores del 50 y del 60. Esta combinación de estilos autobiográficos e imaginativos para describir la comunidad quizás se percibe mejor en la prosa­-ficción de Down These Mean Streets (1967), de Piri Thomas. Nilda (1973), de Nicholasa Mohr y Family Installments (1983), de Edward Rivera están más cercanos a la novela testimonial que a cualquier otro género dentro de “la visión de una isla”.

     Este sentido de culminación y de síntesis de las etapas anteriores es indicativo de que con la obra de los escritores nuyorican, la comunidad puertorriqueña en Estados Unidos ha logrado una forma de expre­sión literaria propia. La característica más obvia de esta nueva litera­tura es su lenguaje: el cambio del español al inglés y la escritura bilingüe. En un sentido cultural amplio, este cambio de lenguaje no debe entenderse como una señal de asimilación. Según indica el contenido de la literatura, el uso del inglés describe la realidad de que “estamos aquí” y no necesariamente que a uno le complazca ese hecho o que haya un senti­do de pertenencia.

     En la actualidad, el periodo nuyorican de la literatura puertorriqueña va camino a desarrollar su propia histo­ria. El temor sensacionalista del primer arranque ha dado paso a una preocupación mayor por el trajín cotidiano del pueblo trabajador. La cre­ciente diversidad de temas y la sofisticación del movimiento se evidencia con el surgimiento de mujeres escritoras y perspectivas femeninas en obras tales como Yerba Buena (1980) y Bluestown Mockingbird Mambo (1990) de Sandra María Esteves y Rituals of Surviv­a1 (1985) de Nicholasa Mohr, y con la aparición de escritores en otros lugares de Estados Unidos.

     El uso de un campo literario bilingüe también tiene importancia clave, porque en la literatura, igual que en la comunidad, el cam­bio de español a inglés no se da en forma comple­ta o natural, como tampoco representa una manifestación de acomodo cultural. Para todos los escritores jóvenes el español sigue siendo una len­gua-cultura- raíz, aunque no se use, y algunos, como Tato Laviera, demuestran en sus escritos un completo dominio de ambos idiomas. Sigue existiendo, además, una literatura en español rea­lizada por los puertorriqueños que viven en EE.UU, algunos de los cuales alternan sus preocupacio­nes y estilos nuyorican con los de la literatura contemporánea en la Isla. Escritores como Iván Silén y Víctor Fragoso igual que Jaime Carrero y Guillermo Cotto-Thorner han sido puentes importantes entre los dos polos del lenguaje de la escritura puertorriqueña actual.

     De ese modo, antes que abandonar uno de los idiomas en favor de otro, la literatura puertorri­queña en Estados Unidos exhibe en la actua­lidad toda la gama del uso bilingüe e inter-lingüe. Según ocurre con la literatura mexicoamericana y otras literaturas de minorías, no pueden ser en­tendidas ni valoradas a base de una visión estric­ta de lo que es literatura “estadounidense”. Las mejores muestras de literatura nuyorican requie­ren conocimiento de español y de inglés, pero no por eso dejan de formar parte de la literatura estadounidense o puertorriqueña. Y la se­lección e inclusividad de un lenguaje literario es solo un aspecto de un proceso más amplio de interacción cultural entre los puertorriqueños y las demás nacionalidades con las que ellos inte­ractúan en Estados Unidos.

     En su etapa nuyorican, la literatura puertorri­queña en Estados Unidos comparte las carac­terísticas de literatura de “minoría” no canóni­ca. Igual que éstas, es una literatura de rescate y de afirmación colectiva; es decir, de interacción e intercambio, de “mezclar y compartir”, con las culturas vecinas y complementarias. Después de todo, ¿qué fuente puede ser más poderosa para el surgimiento de una literatura nuyorican que la literatura afroamericana y la cultura política? Y, ¿qué contexto puede ser más comparable que la expresión literaria chicana del mismo periodo?

Referencia

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